
¿Qué es Implantología dental?
La implantología dental es la disciplina de la odontología que se ocupa del estudio de los materiales aloplásticos dentro o sobre los huesos de maxilares para dar apoyo a una rehabilitación dental. Tiene como objetivo sustituir dientes perdidos mediante la colocación quirúrgica de un implante dental en el hueso maxilar o mandibular.
Los implantes dentales pueden ser de diferentes tamaños, superficies y materiales. Sobre los implantes se diseñan las rehabilitaciones protésicas que van a permitir restituir las funciones masticatórias, fonéticas y estéticas del paciente. La elección del tipo de implante que se pone en los pacientes se realiza en función del diagnóstico, pronóstico y del plan de tratamiento interdisciplinario entre el odontólogo general con un especialista en cirugía, periodoncia o prostodoncia.
El implante se fusiona con el hueso mandibular, proporcionando un soporte estable para los dientes artificiales. Las prótesis y los puentes colocados sobre los implantes no se deslizan ni se corren en la boca, lo cual es una ventaja especialmente importante para la masticación y el habla. Esta adaptación ayuda a que las prótesis y los puentes (así como las coronas individuales colocadas sobre los implantes) se sientan más naturales que los convencionales.
Para algunas personas, los puentes o prótesis ordinarios resultan incómodos porque les producen irritaciones, tienen bordes demasiado estrechos o provocan nauseas. Además, los puentes tradicionales deben sujetarse a los dientes de ambos lados del espacio vacío. Una ventaja de los implantes es que no es necesario desgastar los dientes adyacentes para que sostengan a los dientes de reemplazo.
Para recibir implantes, es necesario tener encías sanas y hueso adecuado que soporte el implante. El paciente además debe asumir el compromiso de mantener sanas estas estructuras. La higiene bucal meticulosa y las visitas regulares odontológicas son esenciales para que los implantes dentales sean exitosos a largo plazo.
- Implantes endostiales: se implantan quirúrgicamente en forma directa en los huesos maxilares. Una vez que el tejido circundante ha cicatrizado, se requiere de una segunda cirugía para conectar un poste sobre el implante original. Finalmente, se coloca un diente artificial (o varios) sobre el poste. Los dientes serán individuales, o estarán agrupados en un puente o prótesis fija.
- Implante subperiosteal: estos consisten en una especie de montura que se coloca en los huesos maxilares justo debajo de la encía. Con la cicatrización de las encías, la montura se fija al hueso maxilar. Los postes, que se colocan en la montura, sobresalen a través de las encías. Al igual que con los implantes endostiales, los dientes artificiales se colocan sobre esos postes.
Existen multitud de tipos de implantes en el mercado. En cuanto al material podemos distinguirlos en implantes de titanio de superficie lisa o de superficie rugosa, según el tipo de tratamiento de superficie que hayan recibido. En un principio todos los implantes eran de tipo liso pero en la actualidad hay estudios que demuestran la mayor rapidez y calidad de oseointegración del implante de tipo rugoso.
En cuanto al mecanismo antirrotatorio se dividen básicamente en implantes de hexágono interno, de hexágono externo. En un principio fue más común la utilización de sistemas de hexágono externo, sin embargo en la implantología actual la técnica más recomendable es la combinación del hexágono interno y el cono, que nos ofrece la capacidad de bloqueo por fricción, que permite realizar una prótesis más estable en el tiempo y nos brinda más posibilidades estéticas en la rehabilitación protésica.
En cuanto a su diseño hay implantes autorroscantes e implantes que no lo son. El diseño autorroscante ofrece una mayor estabilidad primaria y facilidad de colocación y reduce considerablemente la posibilidad de recalentamiento del hueso durante la cirugía. Estos implantes tienen un menor índice de fracasos según los estudios realizados. Los primeros implantes no eran autorroscantes, sin embargo la evolución de las casas fabricantes ha desarrollado cada vez diseños más autorroscantes.
La mayor parte de las técnicas tiene una primera fase quirúrgica consistente en la inserción del implante observando cuatro principios fundamentales:
- Esterilidad, Implante Osteointegrado
- Fresado cuidadoso (con anestesia y provocando el menor dolor posible)
- Sin riesgo de contaminación
- Estabilidad inicial del implante
La segunda fase quirúrgica se realiza una vez a transcurrido el tiempo necesario (meses) para que se produzca la osteointegración, y en ella se procede a la conexión de los pilares transepiteliales. Realizada la cicatrización es en este momento en el que el implante se encuentra preparado para iniciar la colocación de la prótesis.
Los implantes osteointegrados están indicados en situaciones de desdentación parcial y completa.